
¿Alguna vez te has parado a observar como tragas? Seguro que muchos de vosotros no os habeis parado a pensar en los movimientos que realizamos con la lengua, los labios, mejillas… Haced la prueba. Tragad un poco de saliva y fijaros principalmente donde estáis colocando la lengua… ¿Dónde la posicionais?
La deglución es un acto complejo en el que realizamos lo siguiente desde que colocamos el alimento en nuestra boca:
En primer lugar, en la fase preparatoria se mastica el alimento y éste se mezcla con la saliva dando como resultado un bolo homogéneo que colocamos entre la lengua y el paladar duro. Una vez concluye esto, comienza la segunda fase, la oral propiamente dicha. Esta, como la anterior son fases conscientes y voluntarias. En dicha fase, la punta de la lengua se eleva hacia las rugas palatinas (justo detrás de los incisivos superiores pero sin tocarlos) elevando su parte media hacia el paladar duro y realizando un movimiento ondulatorio que desencadena finalmente el reflejo de deglución que no sobrepasa al segundo de duración y es lo que coloquialmente llamamos “tragar”.
El fallo en este proceso mencionado anteriormente, desencadena la llamada Deglución Atípica.
La Deglución Atípica, se define como una forma de deglutir anómala en la que la persona coloca de forma incorrecta la lengua en el momento de tragar, bien sea el bolo alimenticio, líquidos y/o la saliva.
Ésta puede ser consecuencia y causa de alteraciones anatómicas, como por ejemplo, alteraciones en el desarrollo de los huesos maxilares y con ello, también de la mordida, maloclusiones, y alteraciones estéticas y/o funcionales, que deben de ser tratadas por terapia miofuncional y, un posterior tratamiento ortodóncico adecuado.
Se conocen cuatro tipos de deglución atípica diferentes:
- Deglución con interposición lingual.
- Deglución con empuje en incisivos superiores o inferiores.
- Deglución con interposición labial.
- Deglución con contracción de la musculatura periorbicular.
De estas, la deglución con interposición lingual y con empuje en incisivos son las más comunes.
Como toda alteración y/o patología, existen unos factores que aumentan el riesgo de padecer este tipo de deglución:
- Uso del biberón o chupete como factor más relevante, sobre todo cuando éste es prolongado más del tiempo adecuado.
- Uso de alimentos triturados más allá de la edad adecuada.
- Habitos orales nocivos, tales como, succión digital, labial, lingual, de mejillas y de objetos, onicofagia (morderse las uñas), etc.
- Frenillo lingual corto.
- Respiración oral.
Cabe destacar que, la detección precoz (a partir de los 5-6 años) de este trastorno previene futuras alteraciones asociadas y que la coordinación y trabajo conjunto del logopeda y el ortodoncista será primordial en estos casos.
Desde Tacte Social, os dejamos a continuación una serie de signos de alarma claramente observables:
- Contracción excesiva de los labios y/o del mentón.
- Escape de líquidos o alimentos durante la ingesta.
- Ruidos al tragar y/o restos de comida en la cavidad al deglutir.
- Problemas dentales (diastemas, protusión de incisivos superiores, mordida abierta…)
- Lengua generalmente baja en reposo.
- Labio superior corto, quedando los incisivos superiores generalmente descubiertos.
- Los incisivos superiores quedan por encima del labio inferior.
- Realiza movimientos exagerados de cuello, cabeza, etc.
- Tendencia a respirar por la boca.
Si observas cualquiera de estos síntomas, ponte en contacto con nosotros pulsa aqui y nuestro equipo de logopedas realizará una valoración y si es necesario, una intervención a nivel miofuncional adecuada a las características de la persona, con el fin de corregir la alteración y/o alteraciones que presente.