
Cuando hablamos de servicio de Ayuda a Domicilio (S.A.D) hablamos de las personas dependientes que requieren ayuda pero también hablamos de la persona que le asistirá dicha ayuda, el/la auxiliar de SAD.
Los/las profesionales de SAD, en su mayoría mujeres, son personas tituladas que recorren los domicilios particulares para atender a los/las usuarios/as en sus hogares. Su tarea principal es realizar una amplia gama de servicios con el único objetivo de mejorar la calidad de vida del usuario/a.
Desde Tacte Social queremos rendir homenaje a A.Sirera nuestra primera auxiliar que se incorporó al Departamento de SAD cuando nació la empresa. Y hoy, años después, nuestra primera auxiliar nos deja con motivo de su jubilación. Con su permiso, hemos querido compartir una charla que mantuvimos con ella el último día de su paso por la empresa.
Comenzamos hablando sobre si consideraba que la profesión de Auxiliar a Domicilio estaba bien valorada. La respuesta, si bien, no fue un rotundo no, nos señaló que aún queda mucho por hacer. “Quizás por desinformación hay todavía mucha gente que no diferencia las tareas y funciones de una Auxiliar de SAD y una empleada del hogar o personal de limpieza. Aunque quizás sea más por cultura y asociación lo que sucede es que en algunos casos al ver entrar a una mujer en el domicilio nos vean limpiando la casa”.
Otro de los aspectos sobre los que estuvimos charlando fue qué cualidades personales debía poseer una auxiliar de SAD. A.Sirera lo tuvo claro, paciencia, mucha educación y pasión por la profesión. La resiliencia es una cualidad que debe acompañarnos porque hay muchos días difíciles.
Nos comentó que para ella el Servicio de Ayuda a Domicilio es un mundo increíble, nada fácil pero muy gratificante. Personalmente aporta mucho, eso sí, advertía que es una profesión que requiere de mucha dedicación. Tienes que valer, estar ahí y tener mucho tacto. Entre risas y con ternura nos decía que en ocasiones las personas mayores son como niños grandes y, a veces, dan más “guerra” los familiares que la persona dependiente.
Apuntaba que es complicado, pero hay que saber trazar una línea entre tu vida personal y profesional. Tras el día a día en los domicilios la familiaridad que una adquiere es inevitable pero la profesionalidad debe estar en primer lugar. “La experiencia me ha enseñado que puedo sentirme parte de la familia, pero no soy familia. Soy la Auxiliar que va al domicilio a prestar un servicio de SAD. Y es algo que no hay que olvidar”.
A raíz de la familiaridad que comentábamos A.Sirera nos señaló que para ella uno de los aspectos negativos de la profesión es que al final, por ley de vida, tus usuarios/as fallecen y los echas de menos, pero a fin de cuenta son más los aspectos positivos que los negativos.
También nos relató muchas anécdotas divertidas y momentos alegres que se lleva consigo. Le preguntamos con cuál se quedaría si tuviera que destacar alguno y nos contó el caso de una usuaria que le asignaron cuando ella comenzaba a trabajar en SAD. La usuaria pulsaba de vez en cuando el botón de tele asistencia y cuando llegaba la ambulancia fingía estar desmayada. Solo quería que la llevaran al hospital para estar más tiempo acompañada. “Cuando yo llegaba al hospital me miraba y me guiñaba el ojo. Es en momentos como este cuando te das cuenta cuán importante es tu labor si amas tu profesión”.
La pertencia de equipo es muy importante y es algo que nos señaló que ha encontrado en Tacte Social y que también se lleva. “La comunicación ha sido excelente con la empresa y en particular con mi coordinadora. Me he sentido apoyada en todo momento.”
Por nuestra parte tras todos estos años solo tenemos palabras de agradecimiento por su trayectoria profesional en Tacte Social y le deseamos lo mejor en esta nueva etapa.