
El envejecimiento de la población española es un fenómeno demográfico y social al que no podemos volver la espalda. Una tendencia que, según los expertos, no va a disminuir en los años venideros. La población española que supera los 65 años -y que en 1960 representaba el 8,2% del total-, ahora asciende al 19%. Una cifra que en 2031 se disparará al 25,6%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Ante tal escenario, y teniendo en cuenta que la esperanza de vida es cada día más alta en los países de la OCDE, el servicio de ayuda a domicilio, también conocido como SAD, es una realidad a la que hay que hacer frente.
La ayuda a domicilio puede ser la clave para alcanzar la máxima calidad de vida posible en la edad adulta. Puede permitir la seguridad y el aumento de la independencia. También, facilita la gestión de una enfermedad en curso y ayuda a evitar la hospitalización innecesaria, o la recuperación después de una enfermedad, una lesión o una estancia en el hospital.
En los últimos tiempos, la visión de la sociedad hacia los cuidados realizados por personas externas a la familia ha pasado a tener una visión positiva. La ayuda a domicilio ha tenido una gran acogida en las familias en los últimos años debido a que el ritmo de vida actual que llevamos es desenfrenado entre trabajo y conciliación familiar.
La ayuda a domicilio abarca desde el nacimiento hasta el final de la vida, aunque priori se piensa que la población diana son las personas mayores de 65 años, y lo es en gran parte, también está enfocada a personas con diferentes patologías y/o discapacidades así como enfermedad mental y diversidad funcional, y se da en personas de todas las edades. Este servicio lo pueden disfrutar tanto personas que tengan reconocido grado de dependencia desde la Conselleria de Igualdad y políticas inclusivas, como por familias que debido a una situación inesperada así lo requieran.
Tacte Social aconseja adelantarse a los acontecimientos y aunque a veces puede parecer que no se necesita ayuda, el día a día está lleno de obstáculos para las personas con enfermedades y personas mayores. También cabe destacar que en ocasiones para los familiares es muy complicado poder compaginar la vida laboral y cotidiana con el cuidado de los seres queridos. Estas ayudas están enfocadas a mejorar la calidad de vida de todos y a la tranquilidad de saber que alguien se preocupa del bienestar de los nuestros.
No es una cuestión de egoísmo o de querer desatender a los familiares, al revés, se trata de un servicio que está creado específicamente para que nuestros seres más queridos estén mejor atendidos y puedan seguir viviendo en su hogar que es lo que a todos mas nos reconforta.