
El lenguaje oral es una habilidad que los humanos adquirimos por predisposición genética, únicamente es necesario contar con un entorno de estimulación natural del lenguaje para su aprendizaje. En cambio, la lectura y la escritura se consideran habilidades para las que las personas necesitamos un aprendizaje formal, sistemático e intencional ya que se consideran habilidades secundarias al lenguaje oral.
Cuando un niño inicia el aprendizaje formal de la lectura debe contar con un bagaje de habilidades prelectoras que proceden del lenguaje oral (habilidades fonológicas, semánticas y léxicas) que influirán en su desarrollo lector. La relación que se encuentra entre las habilidades del lenguaje oral y las habilidades prelectoras es abundante, de manera que cuanto más rico sea el lenguaje oral de un niño, mejores habilidades prelectoras tendrá lo que le llevará a una adquisición y desempeño de la lectoescritura más exitosa.
Las niñas y los niños que presenten dificultades en la adquisición del lenguaje oral (dificultades en la articulación, trastornos del lenguaje oral, etc.) tendrán mayor probabilidad para que la adquisición de la lecto-escritura se vea afectada, es por ello que conviene prevenir y tratar cualquier alteración del lenguaje oral antes de que comience el aprendizaje de la lecto-escritura.
Se denomina Alfabetización Emergente al proceso mediante el cual los niños adquieren las habilidades prelectoras, los conocimientos y actitudes desarrolladas antes del inicio del proceso formal de aprendizaje de la lecto-escritura.
El aprendizaje de la lectoescritura es crítico para el éxito de los niños en la escuela y lo será para toda la vida. La habilidad para leer y escribir se desarrolla a lo largo de la vida de los niños y tiene en cuenta variables contextuales (familia, escuela, etc.), motivacionales y afectivas, por lo que un ambiente alfabetizador familiar adecuado aumenta el interés por la lectura. El contexto alfabetizador familiar se refiere al conjunto de recursos y experiencias hogareñas en las que participan la niña y el niño durante los años preescolares, relativos al contacto con eventos de lectura y escritura. Las habilidades prelectoras se pueden trabajar desde casa a través de juegos en los que participan tanto el niño como el adulto, de esta manera se estarán estimulando las habilidades fonológicas, semánticas y léxicas que proceden del lenguaje oral y que influyen en el desarrollo lector.
Durante cada uno de los viernes del mes de agosto publicaremos en nuestras redes sociales de Tacte Social un vídeo para el trabajo de habilidades prelectoras a través de cuentos y sin ellos. En estos vídeos se explicarán actividades para que las familias compartan momentos de diversión y juego conjunto con sus hijos e hijas y, además, aprovechen estos momentos para que los más pequeños adquieran habilidades que les servirán para su futuro cercano en la adquisición de la lecto-escritura.